Hermosilla, es el operador político de la burguesía chilena, defendió a Chadwick en la acusación constitucional por la represión del Estallido; hizo el puente entre Piñera y Boric, para que Piñera pasara de ser un “violador de DDHH” en un “demócrata”; operaba en favor de varios empresarios en las maniobras para zafar de delitos económicos y tributarios, además de otros negocios que pasarán a conocerse; defendía al más destacado asesor del segundo piso de la Moneda, el señor Crispy; recibía información sistemática, permanente y directamente del Director de la PDI, el señor Muñoz, la que era usada para defender a los representantes de la burguesía chilena en sus causas por violaciones a los DDHH o causas por actos de corrupción, delitos económicos o tributarios; su socio es el querellante que tiene a Daniel Jadue en la cárcel y está involucrado en el tráfico de influencias en el nombramiento de ministros de puestos claves del poder judicial.
Como todo Chile ha podido escuchar, Hermosilla era el operador político de la burguesía, el que manejaba, coordinaba y usaba a la perfección los millones de hilos invisibles a través de los cuales dicha clase social, los ricos de Chile, imponen su voluntad no sólo en el gobierno, sino también en el poder judicial, desde el nombramiento de jueces y ministros hasta la obtención de información clave en las causas penales, así como el control de la voluntad del ejecutivo, el Ministerio Público y el Consejo de Defensa del Estado en el ejercicio de la acción penal.
Hermosilla muestra como nunca, que desde el Presidente hasta el poder judicial, están todos controlados por los ricos. Esto tiene con pánico a Boric, que utiliza el tema de Venezuela para ocultar el pestilente olor que sale de la formalización de Hermosilla y que le va a salpicar a él directamente, así como a sus nuevos socios de la ex concertación y la ultraderecha imperialista.-
Hermosilla, destruye toda la mitología urbana de la democracia chilena y el Estado de Derecho y nos muestra lo que realmente es y como funciona el sistema chileno: una plutocracia corrupta; una dictadura de los ricos, que a través de operadores como Hermosilla se aseguran que las leyes sean durísimas con los pobres (Llaitul, Jadue) pero que no toquen los intereses de los ricos y su establishment (Chadwick, Piñera, Yañez, Boric, Muñoz, Zamora, etc…).-
Si antes del 19 de octubre de 2019 había una crisis política de desprestigio de todas las instituciones, la formalización de Hermosilla, Muñoz, la no formalización de Yañez, la destitución judicial de Jadue y su prisión, que lleva más de 80 días sin condena alguna y la cárcel casi perpetua de Llaitul, harán que nunca más se recupere confianza alguna en el Estado Lagos-Pinochet y que no nos quede otro camino que refundar Chile sobre las bases de la soberanía popular y una institucionalidad resguardada ante tanta corrupción y degeneración institucional.
Nuestro Partido hace un llamado al pueblo a organizarse en cada comuna en asambleas populares en un gran congreso de todo el pueblo para debatir los caminos a seguir, ante esta implosión institucional, donde los que están a cargo del aparato estatal y sus operadores políticos son una banda de delincuentes que saquean a nuestra patria sin cesar. Es hora de volver a despertar, pero con organización y un programa de refundación nacional ¡!!!! Hasta que la dignidad se haga costumbre ¡!!!!
¡¡A organizar la esperanza popular, a formar las asambleas comunales para la refundación nacional!!
Partido del Trabajo de Chile